Escúchame, escúchame una vez más.
Hoy ha sido uno de esos días en que me he sentido pequeño. A veces pienso que
sólo tú estás a mi lado, hoja en blanco que aguarda mis palabras. Otras veces
pienso que escribo mis quejas al tiempo, que las borrará poco a poco. El tiempo
juega malas pasadas. Deja que pasen las cosas, que lo bueno dure poco y lo malo
se alargue hasta lo insufrible. Aunque siempre podemos resignarnos.
Pero hoy te escribo porque he
visto un poco de esperanza. He visto como
una mirada de comprensión llegaba hasta dentro de mi alma y me iluminaba
ténuemente, desde dentro. Aquella mirada bondadosa, acompañada de una sonrisa
misteriosa y cálida. Aquella mirada que me decía que no estaba solo. Se acercó
a mí. Sucedió todo tan deprisa…
El tiempo apagó nuestro último
beso y lo dejó en el olvido. Esta noche me la he pasado en vela, preguntándole
a las cosas por qué pasan, por qué te dan la luz en medio de la noche para
volver a quitártela. Y sé que tú no me escuchas, pero sé que al menos tú no
puedes abandonar, hoja en blanco que aguarda mis palabras.
Este texto es increíble. Te has ganado una nueva seguidora desde ya.
ResponderEliminarGracias! La verdad es que es uno de los más íntimos que tengo y tenía dudas de publicarlo. Cuando lo escribí estaba triste.
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