sábado, 21 de diciembre de 2013

Fábrica de Pensamiento.





De la cadena de montaje saldrán individuos de pensamientos inculcados cual androides automatizados sin iniciativa propia, serviles y obedientes, leales y mansos. Entonces los patrones de las fábricas les darán al botón de ON y todo el ejército de autómatas avanzará en la misma dirección. Bienvenidos a la Fábrica de Personas, eso es lo que quieren, gente ignorante incapaz de entender todas las manipulaciones de las que son objetivo y que se sienta orgullosa de pertenecer a una “Gran Sociedad Todopoderosa” que por su sabiduría inalcanzable e incuestionable se dirigirá certeramente hacia el progreso.

El proceso es sencillo: Imaginemos una cinta transportadora en la que individuos desnudos e inexpresivos avanzan a ritmo constante. A continuación vamos añadiendo piezas metálicas grises faltas de color y sentimiento. Un corazón de hojalata, unas manos torpes, sin destreza preocupante para que no pueda llegar a sobresalir en alguna habilidad excepcional. Altura dentro de la media y peso dentro de la media. Con la base fisiológica conseguiremos que los individuos no se vayan por un camino individualista y que se pregunten sobre su valor dentro de la sociedad. Una vez tenemos todos los miembros y extremidades ocupando su lugar preciso pasamos a programar al individuo. Dosis de conocimientos básicos y falta de filosofía práctica para evitar ideas brillantes que alteren el orden establecido. Se les ofrece una ideología basada en unos derechos aparentemente muy esenciales. Insertamos unos protocolos en la memoria destinada a la moralidad y el comportamiento. Unos postulados ineludibles en el procesador central de toda la información serán los encargados de organizar todas las conexiones neuronales: orgullo al pertenecer a una sociedad en progreso exponencial, admiración hacia los capitanes que llevan el timón hacia la vanguardia, temor e indiferencia a lo no revelado, búsqueda del éxito laboral a base del esfuerzo que será recompensado justamente. Como fase final de la cadena de producción cada individuo recibirá un sello como certificado de su procedencia de la que se sentirán orgullosos y llamarán “Patria”.

Robots que trabajarán para beneficio del alto mando y que absorberán todas las decisiones superiores cubrirán el grueso de la sociedad, preparados para trabajar. Como recompensa de su gran esfuerzo recibirán un salario básico que será derrochado en ocio inútil y ayudará al mantenimiento del orden establecido. Los mandos superiores ejercerán su poder adquirido por mayoría absoluta resultado de una votación esclarecedora y de sentencia unánime. Su esfuerzo por llevar el mando de la sociedad argumenta todos los lujos y comodidades de las que disfrutan.






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